¿Qué pasa con los jueces?

Article publicat a La Vanguàrdia, el dia 11 de setembre de 2022.

Hace tres años y medio que el PP en la oposición viene bloqueando la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano constitucional, colegiado, integrado por jueces y otros juristas, que ejerce funciones de gobierno del Poder Judicial con la finalidad de garantizar la independencia de los jueces en el ejercicio de sus funciones, entre otras, la provisión de todos los puestos claves en la justicia española: todos los jueces del Tribunal Supremo, los presidentes de las audiencias provinciales, de los Tribunales Superiores de Justicia y de sus salas, el presidente de la Audiencia Nacional y de sus salas, así como los ascensos importantes en la carrera judicial. Y es que los jueces llegan a la carrera mediante oposición, pero no a la plaza que ocupan y menos al órgano que los gobierna.

El CGPJ está formado por 21 miembros, incluyendo su presidente, que también preside el Tribunal Supremo. El procedimiento para nombrarlos está en la Constitución; primero se eligen 20 vocales, 12 entre jueces y magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que establece la Ley orgánica del poder judicial, cuatro a propuesta del Congreso y cuatro del Senado, elegidos por mayoría de tres quintos. Este modelo se inspira en el Consejo Superior de la Magistratura italiano, y se basa en la idea de distribuir el poder en varias manos, si bien la mayor parte de los miembros son escogidos por los propios jueces. Fue una buena solución para legitimar democráticamente el órgano de gobierno de los jueces en un momento histórico (1978) en que era necesario acabar con una justicia autoritaria y con escasa cultura democrática, de matriz franquista, aunque ello ahora no case bien, en abstracto, con los estándares europeos que plantean la elección por los jueces mismos.

Ahora, el bloqueo del PP, tiene su razón de ser en su inconfesable y habitual objetivo de mantener la hegemonía de la derecha judicial en el CGPJ, y a través de él en el único poder del Estado que no pasa por las urnas. Ya se vivió la misma secuencia cuando perdió las elecciones de 2004, lo que permitió al anterior Consejo, designado cuando el PP tenía mayoría absoluta, continuar dos años haciendo nombramientos que no le correspondían. También el actual Consejo caducado continuó ejerciendo sus funciones hasta que una polémica ley se lo impidió. Lo paradójico es que, aun cuando el pretexto formal aducido por el PP sea su deseo de cambiar el sistema de nombramientos para que sean los propios jueces quienes lo hagan, fue el PP mismo el que adoptó el actual sistema cuando tenía mayoría, lo que a la postre sirvió para nombrar el actual CGPJ caducado. Y ahora, claro está, ese imperativo de cambio aflora cuando son otras mayorías parlamentarias las llamadas a hacer tales nombramientos.

A todo ello, lo más curioso es que el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, insigne representante de una cúpula judicial escorada a la derecha, amaga con dimitir si no hay acuerdo, y atribuye el bloqueo al desacuerdo de los partidos, diluyendo la responsabilidad del principal responsable de la situación, un PP que apenas puede disimular su persistente voluntad de bloqueo, pese a aparentar cierta voluntad de diálogo, al poner como condición para la renovación que se cambie la ley que él mismo hizo, o al menos que se adopte el compromiso de modificarla a su antojo.   

Ciertamente, el modelo ha ido politizándose en extremo, y con los años ha ido empeorando. Se impone una revisión. Quien tiene la mayoría electoral tiene la mayoría en el CGPJ, pese a la condición de jueces de la mayoría de sus miembros. Sigue habiendo argumentos para seguir defendiendo ese modelo si se ejecuta sin un exceso de partidismo, en el sentido de que la justicia, una parcela de nuestra sociedad muy conservadora, debe asemejarse al pueblo del que emana su legitimidad. No obstante, ahí están las advertencias en el sentido contrario de la Comisión europea y del Consejo de Europa. Lo que seguro que no es defendible es lo que está ocurriendo hoy: un órgano dominado a perpetuidad por el PP, que lo sigue bloqueando sin rubor hasta que salga la renovación que quiere, y un Gobierno que se ve obligado a pararle los pies con parches legislativos.

Enllaç a l’article publicat al diari: https://www.lavanguardia.com/politica/20220911/8516053/que-pasa-jueces.html

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