Els diputats d’Esquerra Republicana no voten la reforma de la Constitució espanyola

Aquí podeu llegir el discurs que ha adreçat Joan Ridao a la cambra espanyola abans de que els diputats d’Esquerra abandonessin els seus escons per no votar la reforma constitucional:

Señorías, ya he tenido ocasión estos días de expresar en nombre de Esquerra Republicana las tres razones por las que nuestro grupo rechaza de forma rotunda esta reforma. Es una reforma no solo adoptada mediante un procedimiento antidemocrático sino también antisocial, profunda y rabiosamente centralista. Pero es que, señorías, la actitud de PP y PSOE, PSOE y PP, tanto monta, monta tanto, durante todo este proceso, que ha culminado estas últimas horas con una decisión de la Mesa del Congreso de ambos grupos para impedir el debate de la mayoría de nuestras enmiendas, nos ratifica en el argumento democrático contra esta deleznable reforma. Es una reforma que supone no la enmienda a un artículo de la Constitución sino una auténtica enmienda a la totalidad, a lo que debería ser una concepción del Estado social y democrático de derecho, que es lo que ustedes se están cargando, lo que ustedes están liquidando en una semana, con menos garantías que en un decreto, sin debate, sin consulta ciudadana, y todo ello, señor Zapatero, para recibir ayer mismo el aplauso entusiasta de la señora Merkel. A ver cómo, por cierto, explican ustedes a la gente que está cerca del Congreso esta mañana en qué quedan sus compromisos de mayor transparencia institucional, de mayor participación democrática, proclamados hace poco en relación con el movimiento 15-M ante las justificadas críticas que recibe nuestro sistema democrático.
Esta reforma constitucional, señorías, es, además, antisocial. No hay nada neutro en esta reforma, del tipo hay que gastar lo que se tiene. Es una reforma ideológica y, además, muy conservadora, que hace seguidismo del paradigma neocon y que elimina un instrumento fundamental de política económica que justifica la intervención en la economía de cualquier Estado, que es favorecer el crecimiento económico en periodos de crisis o de recesión económica, y que, por tanto, va a atentar de forma rotunda y frontal contra el Estado del bienestar y a provocar, sin duda, mayores recortes sociales y la privatización de más servicios públicos.

Créanme, señorías, que es triste ver en todo esto a PP y PSOE enarbolar el mismo estandarte neoliberal, la doctrina del déficit cero, la doctrina de la autoridad masoquista que, por cierto, es la auténtica responsable de que se esté en este momento alargando innecesariamente la crisis y que, además, amenaza en el futuro con acabar con el mismo proyecto político europeo y el euro. Además, señorías, esta reforma es rabiosamente centralista, constituye una auténtica agresión y un atentado no solo contra el autogobierno sino también contra la autonomía financiera de comunidades autónomas y corporaciones locales a las que, por cierto, finalmente ustedes han conseguido, con el pretexto y con la coartada de la crisis, atar más corto, embridar más estrechamente. Permítanme que les diga, señorías, que para Cataluña esta reforma no es solo eso; es una reforma letal, mortal de necesidad, porque constituye un nuevo golpe de estado constitucional que sigue la estela de la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut; un nuevo desgarro, un nuevo intento de arrebatarnos un pedazo de nuestro poder político y económico. Señorías, ahora resulta que no solo nos van a quemar el carbón de la locomotora, que es Cataluña, expoliándonos el 10 por ciento de nuestra riqueza, sino que además le van a exigir al tren que llegue puntualmente a la estación, que no se endeude, que no genere déficit. Por eso, señorías, a través de una enmienda planteamos la reivindicación del concierto económico para poder recaudar todo nuestro esfuerzo fiscal, porque la asfixia financiera que padece Cataluña hipoteca el bienestar de nuestra gente, nuestro desarrollo económico y además nos obliga, señorías, a vivir muy por debajo de nuestras posibilidades y de nuestras necesidades. Señorías, como catalán -y también de izquierdas- les digo que el concierto económico no es una querella de nacionalistas, no es una demanda de independentistas, sino que es básicamente una cuestión de equidad y de justicia social. El déficit fiscal- y más en periodos de crisis- lo que hace es acentuar la exclusión, la precariedad laboral y la injusticia social.
Finalmente, señorías, señor presidente, nuestro grupo parlamentario, y singularmente Esquerra Republicana, había introducido una enmienda relativa al derecho a la autodeterminación que ustedes han fulminado y no nos van a permitir votar. Porque, ¿qué quieren que les diga, señores diputados? Si se abre el melón de la reforma constitucional, abrámoslo y hagámoslo sin ningún tipo de tabúes, sin vetos, sin miedo; pero no, ustedes conciben la Constitución como una especie de jaula colectiva y por eso ya Esquerra no votó en su día la Constitución, como tampoco ahora piensa votar esta reforma ausentándonos de la Cámara para no legitimarla. Señorías, nosotros -todo el mundo lo sabe- queremos la independencia de Cataluña, como la quiere una amplia mayoría -hace muy poco una encuesta de la Generalitat decía que el 40 por ciento de catalanas y de catalanes-, pero antes incluso que independentistas somos demócratas y, por tanto, defendemos el derecho a la autodeterminación, que no es otra cosa que el derecho a decidir democráticamente. El único sujeto de soberanía, el único que puede decidir legítimamente nuestro futuro político en paz y en libertad es el pueblo catalán. Dicho de otro modo, señorías, una auténtica y efectiva democracia no es ni será posible en España sin la restitución previa de la soberanía a las naciones que la integran. El respeto a la soberanía, señorías, quiere decir en una palabra el derecho a la autodeterminación. Y estas no son mis palabras, es una cita textual, señorías, de lo que desde esta misma tribuna dijo mi antecesor Heribert Barrera recientemente fallecido y a quien con estas palabras quiero rendir un homenaje sentido a lo que fue su dignidad, su compromiso y también, por qué no, su clarividencia.
Muchas gracias’

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